martes, 18 de agosto de 2015

Pequeños fueguitos

Pequeños fueguitos


Cuando era chica, mi Mamá solía prender pequeños fueguitos en latas de dulce o de aceite, donde quemaba viejas cartas que habían llegado por avión desde Sicilia o de Rosario, esos papeles con algo escrito que se iban acumulando en los cajones y para no romperlos en mil pedasos y  tirarlos a la basura, los juntaba y los quemaba, recuerdo que esa acción me daba miedo, veía al fuego como un monstruo que se podía devorar todo a su paso, al que nadie podría controlar, yo crecí y ella seguía haciendo pequeños fueguitos y yo seguía teniendo miedo.


Años después de su muerte, me amigue con el fuego, un día tuve la necesidad de quemar algunas cosas de mi pasado que mi madre guardaba, mis carpetas de dibujo, mis bocetos, algunas pinturas, grabados, romperlos y tirarlos no era lo que estaba necesitando, en ese momento, el fuego era la opción, quemar el pasado y librarme de el, como si fuera una carga pesada, de la que sólo quedaran cenizas, primero debía vencer el miedo a ese gran devorador de papeles, y así fue como empece con mis pequeños fueguitos, que se volvieron fuegos, que quemo obra vieja, que quemo fotos viejas, que quemo para generar obra nueva, que quemo el año que se fue, que quemo desiluciones, que quemo deseeos incumplidos, que quemo el dolor, que quemo cartas de amor, que quemo todo aquello que no quería volver a ver.


Ahora entiendo a mi Mamá con sus pequeños fueguitos, donde se liberaba de lo viejo, yo ahora tengo mis propios fuegos en los que me libero de mis propios demonios.


Stella Maris Leona Geraci

Artista Plástica, Fotógrafa, Escritora